La compañía china Shenzhen Hashi Future Parking Equipment ofreció una solución atrevida al problema del tráfico urbano: un autobús de dos pisos y todo un túnel para que los automóviles circulen por debajo de él.
El aspecto del nuevo vehículo parece un tranvía. La construcción mide entre 4 a 4,5 metros de alto y 6 metros de ancho. Por debajo queda un espacio para los coches cuya altura no supera los 2 metros.
Gracias a la electricidad y la energía solar el invento es capaz de desarrollar hasta 60 kilómetros por hora, llevando entre 1.200 y 1.400 pasajeros. En el caso de avería, los constructores proponen utilizar una rampa neumática, como en los aviones.
Claro que toda la infraestructura vial tendrá que ser cambiada para este autobús futurístico. Habrá que desplazar postes y cables, instalar rieles. Los paraderos también deberán ser elevados, porque no descienden al nivel de la pista en ningún tramo del camino.
Pero, según el presupuesto del proyecto, la construcción de una sección de la pista para el nuevo transporte de 40 kilómetros de largo tardaría un año y costaría 500 millones de yuanes (74 millones de dólares), mientras que la construcción de una sección similar del metro normalmente tarda 3 años y cuesta 10 veces más.
Los buses contarán con un sistema de ondas ultrasónicas y alarmas para alertar a los conductores de los automóviles que pasen debajo al momento en que tenga que dar algún giro. Un rayo láser determinará si un carro se acerca demasiado a las “paredes” del túnel. Un sistema similar dará señales a los vehículos que pasan al lado para que no se acerquen en el momento en que realice maniobras. Las ondas ultrasónicas “impedirán” el paso a los automóviles demasiado grandes.
Los fabricantes del ingenio aseguran que con este sistema se reducirá entre el 20% y 30% de la congestión de las calles. Además, el bus podrá ahorrar unas 860 toneladas de combustible al año, lo que significa la reducción de unas 2.640 toneladas en emisiones de dióxido de carbono. Además, no es necesario construir estacionamientos especiales para los buses “tridimensionales”, porque el vehículo puede simplemente estar estacionado en una parada sin perjudicar al tráfico.
Las pruebas del muevo “superbús” serán realizadas en Mentougou, un distrito de Pekín, con la instalación de 186 kilómetros de vías antes de fines de este año.
El aspecto del nuevo vehículo parece un tranvía. La construcción mide entre 4 a 4,5 metros de alto y 6 metros de ancho. Por debajo queda un espacio para los coches cuya altura no supera los 2 metros.
Gracias a la electricidad y la energía solar el invento es capaz de desarrollar hasta 60 kilómetros por hora, llevando entre 1.200 y 1.400 pasajeros. En el caso de avería, los constructores proponen utilizar una rampa neumática, como en los aviones.
Claro que toda la infraestructura vial tendrá que ser cambiada para este autobús futurístico. Habrá que desplazar postes y cables, instalar rieles. Los paraderos también deberán ser elevados, porque no descienden al nivel de la pista en ningún tramo del camino.
Pero, según el presupuesto del proyecto, la construcción de una sección de la pista para el nuevo transporte de 40 kilómetros de largo tardaría un año y costaría 500 millones de yuanes (74 millones de dólares), mientras que la construcción de una sección similar del metro normalmente tarda 3 años y cuesta 10 veces más.
Los buses contarán con un sistema de ondas ultrasónicas y alarmas para alertar a los conductores de los automóviles que pasen debajo al momento en que tenga que dar algún giro. Un rayo láser determinará si un carro se acerca demasiado a las “paredes” del túnel. Un sistema similar dará señales a los vehículos que pasan al lado para que no se acerquen en el momento en que realice maniobras. Las ondas ultrasónicas “impedirán” el paso a los automóviles demasiado grandes.
Los fabricantes del ingenio aseguran que con este sistema se reducirá entre el 20% y 30% de la congestión de las calles. Además, el bus podrá ahorrar unas 860 toneladas de combustible al año, lo que significa la reducción de unas 2.640 toneladas en emisiones de dióxido de carbono. Además, no es necesario construir estacionamientos especiales para los buses “tridimensionales”, porque el vehículo puede simplemente estar estacionado en una parada sin perjudicar al tráfico.
Las pruebas del muevo “superbús” serán realizadas en Mentougou, un distrito de Pekín, con la instalación de 186 kilómetros de vías antes de fines de este año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario